24/3/09

Deiwos 03

Lilith le contó a Diw lo que harían.

-Volveremos a ir detrás de la plaza, al anfiteatro- dijo Lilith decidida. -No me vengas con gilipolleces, que ya no somos críos- pronunció Diw muy convencido. -¿No será que tienes miedo? (cabe destacar en este momento la personalidad de niño pequeño que tiene Diw) - ¿Miedo?, ¿yo?, ¡jajajajaja!, pues vamos.

Los dos yendo hacia el anfiteatro vieron otra vez la luz roja, fueron corriendo todo lo deprisa que pudieron. Vieron a la extraña figura, tenía forma humana, estaba acurrucada en el centro, dónde había un extraño dibujo parecido a un pentagrama, pero estaba borroso y iluminado de una luz roja, que cubría todas sus líneas. Al ver la figura a los chicos salió corriendo hacia el bosque de nuevo.

-¡Otra vez! -dijo Lilith. -Jode-e-e-e-r-r… , ¿e-eso era de verd-dad?- dijo el chico con mucho miedo. -Pues sí, ¿no decías que esto eran cosas de niños? -Ya lo sé, pero es que… ¡joder!, ¡era de verdad!- exclamó Diw. -Una cosa Lilith, ¿que plan era ese para atacar sin ser vistos? -continuó el chico. -Va a parecer una locura, pero, y si probamos a hablar con esa figura, a ver que quiere. -¡¿Qué dices?!- dijo el chico. -Claro, si es tan tenebrosa, eso parece algun tipo de conjuro o algo por el estilo, ¿no crees?- dijo la chica entusiasmada.

Esa noche Diw no podía dormir, y pensó en que debía ser aquella cosa. Pero coincidió en una cosa, este suceso de la luz roja solo sucedía a una determinada hora de la tarde, justamente cuando el sol se estaba poniendo y salía la luna, era sobre las 9 y 10 de la noche, era invierno, por eso se hacía de noche tan pronto.

-¡Ya he llegado a casa! -exclamó el padre, mientras cantaba felizmente borracho.

El chico lo acompañó hasta la supuesta cama, que era un colchón todo sucio y lleno de malolientes manchas. Esa noche el chico reflexionó sobre su vida, y vió que el padre ya lo tenía que cuidar él, y que debía de hacer algo cuanto antes, para que no se viera reflejado en nada de lo que estaba pasando detrás de la plaza.

A la mañana siguiente, llevó a su padre al centro de supervivientes, donde evidentemente fue rechazado. Después se fue a el refugio dónde vivían los que intentaban ayudar a la gente enferma, y le dijo con compasión que se quedaran con él, que ya no podía hacer mucho más, los hornados hombres aceptaron y le dijeron que no se preocupara, que cuidarían de él.

Diw se quedó muy tranquilo al oir estas palabras. Por la noche se fue al banco donde se encontró por primera vez con Lilith. Ahora quedaban allí todas las noches. Eran las 9:15 y aún no había pasado nada, estaba a punto, y Lilith estaba llegando por la esquina, cuando de repente se reflejó la luz roja nuevamente.

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